Cuarta y ultima etapa de la vuelta a yucatan SAKBEH

Día 4 (Domingo 20 de junio).

Domingo era la última jornada de la ruta… ¿qué más daban 100 Km si ya habíamos recorrido 464 Km hasta Santa Clara desde el primer día del reto? Anímicamente nos encontrábamos bien y descansamos mejor. Nos preparamos para rodar los últimos kilómetros de la cuarta etapa, sin saber qué nos depararía el destino para este día.
Miky reparó su llanta, que la noche anterior se había desinflado; listos entonces, procedimos con nuestro recorrido, saliendo a las 10am de casa de Jorge, sin antes despedirnos de nuestro anfitrión y agradeciéndole las atenciones recibidas por parte de su persona, no omito comentar que también nos despedimos de su perrita Gotcha. Desde ese momento comenzó nuestro viacrucis.

Con un paso tranquilo de 25 Kph nos dirigimos a Chabihau, sin antes pararnos en un puente para tomar la foto del recuerdo, momento en el cual la maldición del chahuixtle nos cayo. Comenzaron todas las ponchaduras habidas y por haber que no habíamos tenido hasta ese día, ensañándose la maldición con el “Niño”, con mencionarles que estuvimos parando por ese motivo en cada uno de los puertos, a tal grado de gastarnos todos los parches que llevábamos con nosotros a excepción de dos. Después de desayunar atún, para variar, y de la n-ésima ponchadura de Miky, rotamos las recámaras en San Crisanto para al fin poder llegar a Telchac puerto a las 2pm, decididos a comer un rico pescado frito, pero la maldición continuaba y no se pudo almorzar el tan ansiado pescado porque lo encargamos y no habían tortillas, esperando por casi 25 minutos mientras iban por ellas. Pero mi impaciencia pudo más que mi deseo y cancelé el pedido, quitándonos frustrados y molestos de la pescadería y terminando en una tienda comiendo frijoles charros, unos chicharrones de cerdo Herrera y un tulip con su correspondiente coca.

Siendo las 3:20pm, después del provechoso almuerzo y de haber platicado con un trabajador de la CFE y un curioso chavito, nos dirigimos decididos a llegar al puerto de Progreso al mismo paso que veníamos rodando de 30 a 33 Kph, turnado la punta cada kilometro entre mi colega y yo.

Con un sol abrazador, nos detuvimos kilómetros después de Uaymitún, para refrescarnos con un poco de agua y un rico baño en una playa solitaria; no podíamos dejar de pasar ese momento y esa oportunidad que la madre naturaleza nos brindaba. Poco tiempo después, una vez descansados y salados por el baño, salimos de la vereda que nos llevó a la paradisiaca playa para continuar con el recorrido a Progreso conservando el mismo paso hasta ese momento.

Faltando 10 km antes de llegar al puerto mencionado, en un retén policiaco, una vez más el “Niño” y su frese célebre del día irrumpió mi silencio: “¿qué crees?... ponche otra vez!!!”. Así que nos detuvimos en una sombrita a parchar de nueva cuenta la bendita cámara de su llanta delantera, un espino que levanto en la vereda anterior cuando entramos a remojar nuestro bobox. Ahí pusimos nuestro penúltimo parche, sólo quedaba uno, el solitario; momento que aproveche para comentarle a Miky que su maldición había terminado y sería el colmo que empecé ahora con la mía.

Partimos hacia puerto Progreso, cubriendo al mismo ritmo los 10 Km que nos faltaban, arribando a las 6pm. Paramos en el OXXO, después de 538 Km recorridos hasta ese momento para abastecernos de agua, comimos unos pingüinos (para ese antojo) y tomamos un refresco H2O de 1.5 litros, de la pepsi. Descansamos y salimos a las 6:45pm rumbo a la Cd. de Mérida, para cubrir nuestros últimos 28 Km del reto con un viento, que, si no nos pagaba de cola, si nos ayudó bastante (ya no se estaba ensañando con nosotros, nos tuvo compasión en esos últimos kilómetros).

A velocidad de 33 Kph corríamos como desesperados para llegar a nuestro objetivo, tratando de aprovechar la luz que nos quedaba del día. Poco después del puente de San Ignacio, le pedí a Miky que baje su velocidad (ya había subido su ritmo a casi 35 Kph) me sentía cansado. Me cedió la batuta, al momento que me comenta: ¿qué crees?...... ¿y qué creen?, efectivamente tenia ponchada mi llanta trasera!!! Nos detuvimos en el siguiente puente para utilizar al solitario, pidiéndole al santísimo que nos permita llegar a nuestro cometido sin tener que caminar. Salimos a las 7:30pm del puente, prendimos nuestras luces y retomamos nuestro ritmo para que nos coja la noche en carretera.

Así transcurrieron nuestros últimos pedalazos de ésta mítica y esforzada rodada. Arribamos solitarios y tristes, por un lado, (por el anonimato de nuestros compañeros bikers) a nuestra bella Cd. blanca; pero felices y contentos, por el otro, debido al haber cumplido con un reto personal, que más que haya sido de paseo o diversión, se convirtió en un recorrido de entrenamiento por el ritmo llevado en los últimos días.

Así concluimos la redacción de lo acontecido a grandes rasgos, en ésta vuelta a Yucatán 2010, cubriendo un total de 568 Km en cuatro días por el litoral y costas de nuestra bella tierra del mayab. El club MTB Sak-Beh de Mérida y en lo personal José Miguel, Miguel Ángel y un servidor Gualberto, agradecemos a todas aquellas personas que nos brindaron su apoyo y su hospitalidad para que éste reto se haya llevado con un feliz término.

Redactó: Gualberto Herrera C.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Mucho campeones,ahora a descansar.
JESUS ESQUILIANO